sábado, 21 de marzo de 2009

Cuando ir al hospital...

3 Diciembre 2008
Cómo saber cuándo ir al hospital
(Del blog "Me crecen los enanos")
http://blogs.20minutos.es/madrereciente/post/2008/12/03/caimo-saber-cuaando-ir-al-hospital

Una de las cosas que nos estuvieron enseñando en la clase de preparación al parto de este lunes fue cómo identificar que estabas de parto y cuándo ir al hospital. Si es que vas a tener a tu hijo en el hospital claro.
Creo que todas las primerizas nos hemos planteado cómo será eso de notar que comienza un parto, si nos daremos cuenta (cualquier madre responderá que no te preocupes), en qué momento será y de qué manera.
No sé a vosotros, pero en eso de ir al hospital las películas (no sólo Hollywood, también las de cine de barrio) ha hecho mucho daño.
La escena es siempre parecida. Estás en tu casa, en un museo, en la oficina... y de repente esa embarazada que estaba fresca como una rosa rompe aguas de golpe y aquello es como las cataratas del Niágara o se agarra la barriga presa de una contracción de rinoceronte.
¡Ala! corriendo al hospital. Y siempre llegan justo a tiempo y de milagro. Ya en el hospital el parto está tan avanzado que va derecha al paritorio, la vemos u oímos gritar mucho y a los diez minutos ya tiene un bebé en brazos (que no al pecho).
No sé como fue en vuestro caso, pero dudo mucho que a la mayoría les pase algo semejante.
Lo primero es que días o semanas antes el cuerpo da señales de estar preparándose: se puede expulsar el tapón mucoso (una mezcla de sangre y moco) y se tienen con frecuencia contracciones de Braxton Hicks o falsas contracciones de partos (vienen y van, son irregulares y suelen desaparecer si descansamos).
En ninguno de los dos casos hay que ir corriendo al hospital. El parto se acerca pero puede tardar mucho en llegar.
¿Cuándo sí hay que ir?
Si se rompe aguas (si son claras podemos ir con más calma, si están teñidas de meconio hay que salir pitando) y cuando las contracciones en caso de las primerizas se producen aproximadamente cada cinco minutos (dos cada diez minutos) y con regularidad.
Es mejor pasar la primera etapa de las contracciones en casa, tranquila y relajada, que acudir al hospital y que te devuelvan a casa o tengas que pasar más horas de la cuenta en la sala de dilatación, siempre más incómoda que en tu sofá.
¿Cómo fue en vuestro caso?

La bolsa para el hospital...

La bolsa casi lista para salir pitando al hospital
(Del blog " Me crecen los enanos")
http://blogs.20minutos.es/madrereciente/post/2009/01/27/la-bolsa-casi-lista-salir-pitando-al-hospital

Estoy de 35 semanas, y por tanto ya toca dejar lista la bolsa (no es tan grande como para llamarla maleta) por si Julia decide que viene y hay que salir corriendo al hospital.
Ya me tocó hacerla con el peque, así que me sirvió para saber qué no es especialmente necesario, qué cosas me dan en el hospital y no necesito llevar y qué es imprescindible.
Para el bebé:
- Varios bodies o pijamitas de algodón previamente lavados con detergente infantil. En el hospital te dan algunos, pero son un tanto desangelados. Talla 1. La talla 0 que compré 0 me regalaron no la pude usar: con sus 3,600 kilos, que no me parece tanto, le quedaba pequeña.
- Una toquilla, tengo una de lana muy suave y otra forrada por dentro con toalla que me hizo mi suegra y que es la que más usé con el peque.
- Gorro y guantes de algodón: los llevé con el peque y apenas los llevó puestos más de una hora el primer día, ni tenía muchas uñas para arañarse ni hacía tanto frío como para perder el calor por la cabecita. Pero insistiré por si acaso.
- Calcetines de algodón, también previamente lavados.
Cremas, champús, toallas, pañales... nada de eso hace falta en el hospital. Allí te lo facilitan todo. Salvo los pañales, lo tengo preparado en casa.
Para la madre reciente:

- Un par de camisones cómodos que permitan sacarse el pecho y en los que quepa la mucha tripa que aún queda tras el parto o la cesárea.
- Una bata y unas zapatillas.
- Dos sujetadores de lactancia y varios empapadores.
- Bragas desechables. Horrorosas, pero cómodas y lo más práctico los primeros días.-El neceser con los productos de aseo personal: cepillo de dientes, hidratante...
Las compresas de celulosa o algodón (de abuela, para entendernos) ya te las dan en el hospital.
Y mi experiencia es que en los hospitales hace calor y ni el niño ni la madre necesitan ir preparados de ropa como si fueran al polo norte.
¿Creéis que me dejo algo?

Bienvenida al mundo Irene...

¡Bienvenida al mundo Irene!
(Del blog "La Cruz del Mar")
http://lacruzdelmar.blogspot.com/2009/03/bienvenida-al-mundo-irene.html

Hola Amiguitos!Ya no voy a hablamos más de mis semanas de embarazo porque... ¡Ha nacido Irene!Bueno, intentare no enrollarme mucho, porque ahora no tengo mucho tiempo.Sólo decir que el parto fue fantástico. Duró 4h 30m desde que sentí la primera contracción en casa hasta que nació Irene, a las 4:54 de la mañana, del día 2 de marzo de 2009.El parto en el hospital duró 2h 30m, desde que llegamos, pasamos el triaje, me exploraron y ya pasamos al paritorio. La verdad es que estoy contentisima del parto de Irene. En un principio me pareció peor que el de Sofia, pero es que con ella llegué con la dilatación completa y fue solo cuestión de empujar. Ahora en previsión, nos fuimos al hospital enseguida que empecé a sentir contracciones y llegué al hospital con "solo" 6 centimetros de dilatación....Pero pensandolo después fue un parto espectacular. Como si hubiese dado a luz en casa en lugar de en el hospital. Ni suero, ni oxitocina, ni epidural, ni episiotomia. Nada de nada. Solo con una matrona asistiendome en el parto, también había una auxiliar y una enfermera pero no hicieron nada. Ah, además dí a luz sentada. Es una de las novedades del hospital Infanta Leonor. Las camas del paritorio permiten dar a luz tumbada o sentada y yo elegí sentada.Estoy muy contenta del trato recibido por todo el hospital asi como por las instalaciones. Sí, quiero hacer un poco de publicidad del Hospital, pero es que a mi me encantó y si por un casual alguna futura mamá que vaya a dar a luz en el Infanta Leonor, lee esto pues quiero dejar constancia de mi opinión.En fin, os dejo que la afición me reclama.Ya os contarás más detalles sobre como fué todo.Besitos!almudena..
Publicado por almudena.. el jueves, marzo 05, 2009

Como nació Sofía...

Como nació Sofia.
(Del blog " La Cruz del Mar")
http://lacruzdelmar.blogspot.com/2008/09/como-naci-sofia.html

Bueno, la verdad es que tenía ganas de contaros cómo fue el parto de Sofía y ahora ha llegado el momento.
Más o menos sobre el sexto mes de embarazo me salió una hernia inguinal. La verdad es que me dolía bastante pero lo peor no fue el dolor, lo peor fue el miedo que me metieron en el cuerpo los médicos porque me dijeron que con la hernia era muy probable que tuvieran que hacerme una cesárea por no poder empujar....
La verdad es que yo quería tener un parto vaginal normal, porque lo de la cesárea muy natural no es y aunque sea lo mejor para el bebé y la madre en ese momento sea lo de menos, yo no quería sufrir una cesárea, que al fin y al cabo te tienen que rajar la panza..... Bueno, me dijeron que lo avisara en la maternidad y que los médicos del hospital lo evaluarían, y ahí quedó la cosa.
Durante el embarazo, nosotros como padres primerizos e ilusionados íbamos felices y sonrientes a las clases de preparación al parto y lo pasábamos muy bien contando cuirisidades con otros padres y preguntándonos dudas e intercambiando opiniones. En esas clases, la matrona nos dejó claras dos cosas:
1.- Cómo hacer las respiraciones.
2.- Ir al hospital sólo cuando estés una hora en casa con contracciones cada 5 minutos.
Bueno, pues nada. Acabaron las clases de preparación al parto y nosotros cada noche recordábamos las respiraciones y hacíamos los ejercicios que habíamos aprendido. Hasta que un sábado (29 de julio de 2006), a eso de las 11.00 sentí un dolor en la tripa. Y yo dije, “ein? Que dolor más raro....” pero tal como vino, se fue y yo no le di mas importancia. Un par de horas más tarde reapareció ese dolor que parecía una especie de tirón, pero en lugar de en la pierna, en la barriga y yo dije: “¿No será esto una contracción?” pero el dolor se volvió a pasar.
Ya por la tarde volví a sentir el dolor y ya di por supuesto que, efectivamente, aquello eran contracciones de parto, pero yo las estaba teniendo cada 2-3 horas y hasta tenerlas cada 5 minutos como dijo la matrona faltaba mucho. También nos habían avisado que se podían sentir contracciones varios días antes del nacimiento, así que no nos alarmamos.
Recuerdo que esa noche nos acostamos bastante tarde, sobre la 1.00 porque estuvimos dando los últimos retoques al moisés de nuestra hija y me estuve haciendo las últimas fotos con panza. Y nos fuimos a dormir.

A las 5.15 me desperté sobresaltada. Un fuerte dolor recorría mi abdomen haciendo que me encogiera de dolor. Fueron sólo unos segundos y como tenía sueño volví a dormirme. A los 20 minutos volvió el dolor y esta vez me despertó del todo. Me levanté y fui al baño, a la vuelta no me quería meter en la cama y me senté en el sofá donde me quedé dormida de nuevo. 20 minutos más tarde volví a tener otra contracción y aunque sabía que no era la frecuencia que nos había dicho la matrona yo sabía que algo ocurría y me dí de plazo otra contracción más, si tenía otra más nos íbamos al hospital. A las 6.15 supe que había que dar la voz de alarma y me fui a la cama a buscar a Clemente.
Clemente, para quien no lo sepa, es un dormilón. Se necesita un camión de bomberos con la sirena a todo trapo sonando en su oreja y a lo mejor, con suerte, se despierta, pero aquella noche fue diferente. Me senté en el borde de la cama y únicamente puse mi mano en su hombro. Él se despertó y me dijo: “¿Qué? Nos vamos al hospital?” y yo le dije: “Sí”. Así que nos vestimos un poco (era ya el 30 de julio y con mucha ropa no se acuesta uno en verano), cogimos todas las cosas y al hospital.
Le hice un pequeño resumen de cómo me había despertado y le avisé que había tenido 4 contracciones en 1 hora, o sea 1 cada 20 minutos aproximadamente....
Por el camino las tuve con más intensidad, lo cierto fue que en 15 minutos que tardamos al hospital, creo que llegue a contar 4 o 5 contracciones.....
Bueno, esto tiene pinta de alargarse, pero ¿En qué entrada no me he alargado yo? Así que a escribir.....
Por el camino íbamos cantando “Un barquito de cáscara de nuez” y respirando entre contracción y contracción.... Cuando llegamos a la maternidad de O’Donell, (ya serían las 7.00 de la mañana), Clemente quería dejarme en la puerta de urgencias y él irse a aparcar y yo le dije: “no, ah, no. Nosotros aparcamos en la calle y tú te vienes conmigo a urgencias. Tú a mi no me dejas sola ahora”. Y así fue. “Además”, le dije, “ya verás como me mandan a casa un rato, no ves que aun no tengo contracciones cada 5 minutos durante una hora?” aaaayyyyyyy.....
En fin, bajamos, como pude, la cuesta hasta llegar a las urgencias de maternidad, y cuando llegamos estaba todo desierto y el celador que nos tenía que atender a la entrada estaba esnucao en su silla... Cómo describirlo... estaba espanzurrao en la silla con la boca abierta y la cabeza completamente hacía atrás, si tenia que tener dolor de cuello y todo! Yo creo que también se le caía la babilla por la comisura de los labios....
Golpeamos el cristal, pero el tío seguía roncando, así que Clemente golpeó el cristal más fuerte y el tío se despertó sobresaltado.... Nosotros estábamos nerviosos y yo cada vez tenía más contracciones..... El tío nos pidió la tarjeta sanitaria y nos dijo que esperáramos en la sala de espera.
2 minutos más tarde me llamaron para pasar a la primera consulta. El medico me tomo la tensión y me preguntó por las contracciones que tenía y después me pasó a examinar. En ningún momento dijo nada y yo cada vez estaba más convencida de que me iba a mandar a casa y que habíamos ido demasiado pronto. Cuando me reconoció me dijo que me incorporara y dándome un camisón y una bolsa me dijo:
- Bueno, te cuento lo que vamos a hacer. – Como si aquello fuera lo más normal y ahora nos fuéramos a ir a desayunar – Estás dilatada al máximo. Mete tu ropa en esta bolsa y ponte este camisón porque te vamos a ingresar. Vas directa al paritorio.
A mí me dio un yuyu en ese mismo momento ¿Cómo que dilatada al máximo? ¿Cómo que paritorio? ¿Ya? ¿Pero, y la oxitocina? ¿Y las horas y horas que se pasa la gente en el hospital? ¿Ya? ¿Mi niña ya? ¡Mi marido! ¡Yo quiero que venga mi marido!
Jejeje... me puse el fantástico camisón de la Seguridad Social sacado del Madrid Fashion Week y pasé a otra sala donde me volvieron a tomar la tensión y me pusieron ¡una vía en la mano! Creo que esa ha sido una de las peores experiencias de mi vida......
En fin, después vino otro celador con una silla de ruedas a buscarme para llevarme al paritorio y yo no paraba de repetir ¡Mi marido! ¡Que venga mi marido! El celador me preguntó quien era mientras me llevaba por un pasillo y yo como si no estuviera de parto dije: “Ese! Ese de ahí!” jejejeje, así que le llamó y le dijo: nosotros subimos por este ascensor y ya llegamos, pero tú coge el final del pasillo, giras a la izquierda, subes la escalera, atraviesas el pasillo, vuelves a bajar, coges un ascensor y llegas 10 minutos después que nosotros al mismo sitio....” No sé porque no podía ir en el mismo ascensor que yo pero el caso es que en medio minuto yo ya estaba en el paritorio y el tardo un rato.....
El paritorio es un sitio como de película. Todo era tremendamente blanco y lo que no era blanco era verde. El verde típico del hospital para que la sangre no haga mucho contraste.
Todo estaba lleno de aparatos y cachivaches y encima de la cama-camilla-maquina de tortura había un reloj que hasta yo lo leía sin gafas.
Empezaron a desfilar por allí una tropa de enfermeras, medicas, matronas, ginecólogas y de todo sólo del sexo femenino, que yo no se si es que todos los tíos estaban de resaca, pero me resulto curioso que de un equipo de casi 10 personas todo fueran tías......
El caso es que una enfermera me preguntó muy amablemente: “¿Tenías pensado ponerte epidural?” y yo dije: “Si” y me dijo igual de amablemente: “Pues va a ser que no, porque ya no te da tiempo a que te haga efecto” y yo pensando: “lo mío es ir por la vida sin anestesia”.....
En ese momento tuve una iluminación y dije: “Tengo una hernia inguinal, ¿eso importa?” Y una de las enfermeras dijo: “¿Una hernia?, bah, da igual, eso no influye para nada”. Y yo, “joder, tanta tontería para nada.”
Bueno, me enchufaron mogollón de cables, 2 botellas de suero, me dijeron donde tenía que poner los pies, las manos y demás y me dijo “A la próxima empujas de prueba, aunque todavía esta muy alta”....
Y a la próxima empujé. Y a la otra también porque la médica me dijo que lo estaba haciendo bien. Y así continué un rato. Empujando y descansando, empujando y descansando y en este punto he de decir, que las respiraciones estupendamente en las clases, pero en la realidad, no hay un dios que las haga, es completamente imposible.
Yo empujaba y descansaba. Y entre contracción y contracción desvariaba, jaja, una de las veces dije muy preocupada que no me había peinado hoy. Y otra vez, cuando una enfermera quiso quitarme las gafas le dije: “No, que no veo” Bueno, eso era verdad.
Mientras tanto Clemente, exprimiéndome la mano y dejándomela morada. Contándome a quien había adelantado, jejejeje.... Uno de los cacharros que tenia enganchado era el contador de contracciones, es un apartatito que mide de 1 a un millón el nivel de contracciones que tienes, y él me decía: Has pasado a sete (15) a dani (26) a rossi (46) a lorenzo (48) y así... hasta que llegaba a 120... o por ahí que estaba ya de las motos hasta la coronilla...... y luego para animarme me decía venga que ya estas más cerca del bocata de jamón, y yo me imaginaba cogiendo un jamón entero y arreándole con él. Porque yo aquí volviéndome del revés para empujar y él diciendo tonterías..... así hasta que de pronto me ví dentro de un capitulo de House...... jijiji, ahora me hace gracia pero entonces.... en un momento dado empecé a respirar cada vez más fuerte y más fuerte y alguien dijo “¡Esta hierventilando!” Y yo pensé “¡un miligramo de diacepan! ¡Preparar las palas!” jejejejejeje... la enfermera me dijo “no respires!” Y yo: “jodia, no respires tú” jaja, ahora me parto de risa, pero la verad es que fueron unos momentos muy intensos. Yo, retorcida de dolor en el potro de torturas y una tropa de gente al lado diciéndote lo que tienes o no tienes que hacer.... ¡hazlo tú y a mí dejame en paz!
Pero, parece que entré en razón, y comencé a respirar más tranquila y eso me ayudó bastante a descansar, no mucho que ya viene otra contracción, un empujón más y..... ¡Ya asoma la cabeza! Animo que ya esta ahí..........
Y ¡hop! Nació Sofía. Y Sofía no lloraba y me la pusieron en el pecho y Sofía seguía sin llorar y cuando me la fueron a quitar para vestirla fue cuando lloró así que la dejaron cinco minutos más conmigo y se calmó.........
Bueno, como Sofía ya ha nacido y ya me estoy alargando mucho, dejaré el resto para otro día... que al final los de google me van a llamar la atención por hacer entradas tan largas......
Sofía nació el 30 de julio de 2006 a las 8,05 de la mañana, pesó 2970 GRAMOS y midió 48 centímetros.
Otro día cuento como fue el resto del día y como estaba el jamón del museo del jamón de enfrente de la maternidad......
Publicado por almudena.. el viernes, septiembre 19, 2008

Las cosas que tiene ser madre

Las cosas que tiene ser madre
5 Diciembre 2006 por lamamma
Del Blog "MujerLive.com"
http://www.mujerlive.com/index.php/2006/12/05/las-cosas-que-tiene-ser-madre/

“Ser madre te cambia la vida” nos dicen una y otra vez. A veces para indicarnos que no tengamos prisa, que aún somos jóvenes, a veces para hacernos notar las maravillas de la maternidad. ¡Qué frase más tonta y más vacía! ¿que te cambia la vida? pues sí, ¡claro que te la cambia! también empezar la universidad, o conseguir tu primer trabajo, o meterte por fín en esa enorme hipoteca que cambiará para siempre el reparto de tu modesto sueldo.
Por supuesto que no es lo mismo… cada momento cumbre en la vida de una persona es totalmente distinto. Nada que ver la ilusión de empezar una carrera universitaria con la ilusión de comprarte un piso… nada que ver con ser madre, desde luego. Ser madre es algo único. A mí particularmente me desbarató de golpe todo mi mundo. Yo había alcanzado un equilibrio bastante apañadito entre mi vida laboral y personal. Y de repente nació Sofía y todo ese equilibrio tan cuidadosamente adquirido a lo largo de los años se fue a la porra. Su nacimiento me supuso un crecimiento tan bestial a nivel personal que de repente ese trabajo tan cómodo y agradable me parecía de lo más mediocre. Mi vida laboral había dejado de estar a la altura de la personal. De repente necesitaba más. Un trabajo más interesante, más responsabilidades… lo que pasa es que al final prima la seguridad y la calidad de vida y bueno, ahí estamos. Embarazada de nuevo, con ese desequilibrio aún sin arreglar y en espera de una nueva revolución para mayo. ¿Tendré entonces el valor de buscarme otro trabajo? francamente, no creo. Más bien he llegado a la conclusión de que no me vale la pena poner en peligro mi estabilidad laboral en estos tiempos que corren. Más bien voy a tratar de desarrollar otra faceta de mi vida que siempre ha estado ahí, agazapada, y a la que nunca he intentado sacarle partido de verdad. ¡La escritura! Pues sí, me costará porque me falta tiempo, y sobre todo constancia, pero estoy más decidida que nunca a intentarlo. Para mí empieza una nueva etapa de concursos, contactos con editoriales, disgustos porque nadie me haga caso… pero quiero hacerlo, al menos que no se diga que no lo he intentado. Creo que es la mejor forma de devolver ese equilibrio perdido a mi vida.
Pero me he ido muchísimo del tema. Yo que quería hablar de la maternidad… para mí ser madre ha sido fantástico de verdad. Cierto es que he tenido muchísima suerte con mi hija. Duerme como una marmota, come más o menos bien, poco pero de todo… apenas ha estado malita… en fin, un chollo de hija. Y encima tengo a los cuatro abuelos deseando quedarse con ella el rato que haga falta así que estaría muy feo que me quejase.
Y sin embargo, te cambia la vida… ya lo creo que te la cambia. De repente te ves responsable de un pequeño ser, que te necesita absolutamente para todo. Vuelves a casa cansada después del parto y te encuentras con una criatura llorona. Te cuesta un poco hacerte a ella pero al final lo haces. En unos días descubres que todo va mucho mejor. Ya sabes distinguir sus llantos y responder a sus necesidades. Pero eso no quita que no te deje descansar ni un momento. Entre toma y toma parece que vas a tener tiempo de todo pero qué va… y encima a todo el mundo le da por querer ver al bebé, claro, y la verdad, te encuentras un poco sobrepasada. Pero esos primeros días pasan y pronto adquieres una rutina. Sigues sin dormir bien por las noches porque el bebé te reclama, pero ni siquiera te importa. Es tan agradable estar con él que disfrutas cada segundo en que lo tienes acurrucadito a tu lado, aunque sea a costa de horas de sueño. Por supuesto si la situación se prolonga mucho la cosa deja de tener su gracia pero por suerte mi hija enseguida empezó a alargar sus horas de sueño y con tres meses ya dormía de un tirón.
Pero claro, ser madre no te anula como persona ni como pareja, así que también hay que sacar tiempo para hacer cosas con el papá, incluso algún rato para una misma. Es difícil, desde luego, pero ya nos aconsejó nuestra matrona en las clases de preparación al parto que no nos penara dejar al bebé con los abuelos de vez en cuando, aunque nada más sea para tomarse un cafecito con la pareja, o con amigos, o para ver una peli en el cine. Por supuesto no vas a estar todos los fines de semana “colocando” a la criatura, pero de vez en cuando viene bien hacerlo. Además, todo bebé debe ir haciéndose progresivamente a las separaciones de su madre y si se acostumbra a quedarse con otras personas desde pequeñito luego será mucho más fácil la vuelta al trabajo, el dejarlo en una guardería… de verdad, es beneficioso para todos, tambien para los abuelos, que establecen una relación mucho más fuerte con el bebé, y viceversa (consejo: tratar de equilibrar siempre que sea posible el tiempo que pasa con unos abuelos y otros, los suegros son tan abuelos del bebé como los propios padres y el niño lo agradecerá)
Pero lo mejor de tener un hijo es ir dándose cuenta de cómo cada vez lo quieres más. Al principio es casi puro instinto animal. Pero luego va haciendo cositas. Un día te sonríe, otro día suelta su primera carcajada con tus gracietas… y poco a poco va adquiriendo nuevas habilidades. Empieza a gatear, a andar, aprende a comer solito… cada pequeño gran paso para él es fuente de satisfacción para todos y de repente tienes un momento en que lo ves dormidito y sientes que vas a reventar por dentro de tanto que le quieres. Y todo pierde importancia. El hecho de que ya no puedas hacer planes sobre la marcha porque tienes que contar con él, con sus horarios, la cantidad de tiempo que hace que no te vas tranquilamente de compras (para tí, porque para el bebé no paras de comprar cositas) Todo da igual. No hay nada comparable a jugar con tu hijo, a ir descubriendo poco a poco sus avances. La cantidad de cosas que son capaces de aprender en poco tiempo. Es fascinante el desarrollo que lleva el cerebro humano en esos primeros años. Y lo contento que se pone cuando se descubre capaz de hacer una cosa nueva… y al recibir tus aplausos… nada de eso tiene precio. Claro que ser padres te cambia la vida. ¡Afortunadamente! la cambia hasta límites insospechados, ¡pero la cambia a mucho mejor!

Compras de gordi I

9 meses por delante
Compras de gordi I
(Del blog "Diario de un embarazo")
http://embarazo.blogs.terra.es/blogs/embarazo/archive/2006/12/14/Compras-de-gordi.aspx

Por fin llega el prometido articulillo sobre ese fascinante y poderoso mundo de las compras para bebés. Me temo que es un tema laaaaaargooooo y no sé si podré acabarlo todo en un solo post o tendre que terminar este con un "continuará" pero bueno, de momento vamos allá.Empezaré hablando de las compras digamos "gordas":
- La cuna: esto no presenta muchos misterios. Más bien se trata de ver cómo se quiere decorar el cuarto en general y buscar lo que más se ajuste a nuestra idea. Por lo demás, son todas muy parecidas. Lo único en que se puede pensar es en las cunas convertibles en cama. A mí particularmente no me parecían una buena opción porque quería tener otro bebé en un plazo más o menos corto así que me interesaba más una cuna que pudiera pasar al nuevo bebé y en su momento comprarles la cama pero bueno, ahí ya depende de circunstancias de cada uno.
- La minicuna o moisés: hmmm, bueno, útil es, no voy a decir que no, pero yo la verdad es que si no me la llegan a prestar no llevaba idea de comprarla. Y eso que luego le dí uso porque es muy cómodo en los primeros meses para llevarte al bebito de acá para allá por casa pero sigo pensando que si hay que comprarla no vale la pena.
Lo cierto es que un consejo valido para casi todas las compras de bebé es que todo lo que te puedan dejar... aprovecha y no lo compres. Casi todo son cosas que se utilizan poco tiempo y luego son un zarrio más por casa. Ya sé que a las gordis nos hace mucha ilusión comprarlo todo nuevito para el bebote pero de verdad que casi en ningún caso vale la pena. En fín, sigo con la lista:
- La bañera: yo aquí recomendaría una de estas que son cómoda y cambiador con la bañera incorporada. No sé las que son sólo bañeras pero éstas la verdad es que enseguida se quedan pequeñas para el bebé, en cuanto empieza a menearse un poco más y descubre lo divertido que es chapotear, más o menos. Y entonces es muy cómodo retirar la bañera (que deja un cajón más libre) y seguir utilizando el mueble como cambiador. Yo en ese momento opté por seguir utlizando una bañera hinchable en forma de pato que habíamos comprado para llevar al pueblo en verano (válida en teoría a partir de 6 meses, nosotros la empezamos a utilizar antes) y cuando también esa se le quedó pequeña la pasamos ya a la bañera grande, aunque de momento con una especie de asiento que venden para que estén sujetos. Esto también lo utilizamos poquísimo tiempo, la verdad. Lo que mejor nos ha venido ha sido una alfombra antideslizante que nos regalaron en el toys'r'us al comprar otro accesorio para la bañera pequeña que jamás llegamos a utilizar (yo me consuelo pensando que fue al revés, que compramos la utilísima alfombra y nos regalaron el otro zarrio) No encuentro foto que poneros pero es como un soporte para apoyar al bebé en él en vez de sujetarlo con la mano. Nosotros lo intentamos probar un día y a lo mejor es que somos torpes pero no nos aclaramos nada bien con él y lo desterramos al fondo del armario, donde todavía debe estar guardado.
- El cochecito: esto sí que es complicado de elegir. Yo os recomiendo en primerísimo lugar mirar el espacio del que disponéis. Fijaros no sólo en el sitio que tengáis en casa para dejarlo, también en lo espacioso de los ascensoros que vayáis a utilizar habitualmente (casas de abuelos, garages...) y también en el maletero de vuestro coche. A partir de aquí ya depende, claro. Si no tenéis problemas de espacio, lo cierto en que en cochecitos más amplios el bebé va más cómodo. Pero si el tamaño es importante, (tanto abierto como cerrado) entonces ya hay que limitar la elección. Otra cosa importante que hay que mirar es la facilidad de plegado, sobre todo si lo vais a llevar mucho en el coche. No dudéis en probar a plegar en la misma tienda, que la dependienta siempre lo pliega muy fácil pero es porque están hartas de hacerlo. También es conveniente probar a pasearlo un poco por el local para ver qué tal se lleva. A mí particularmente me gustan más los de mango corrido, mucho más cómodos de llevar con una sóla mano, porque la verdad es que al final te surgen unas cuantas ocasiones en las que te surge esta necesidad.
- La silla para el coche: ¡fundamental!. No se os ocurra nunca llevar al bebé en brazos ni nada de eso, aunque sea para un trayecto corto. Conozco a alguien que lo hacía cuando iban en el coche de su padre porque total, para un trocito de nada, así no le ponían allí silla, y un día pegó el típico frenazo de que todo el mundo se te para de golpe y el niño se fue de cabeza al suelo y se hizo una buena brecha en la cabeza con las guías del asiento de delante. Y eso que ni siquiera chocaron. Hay que tener mucho cuidado con eso, de verdad. Cuando son pequeñitos valen los cucos o portabebés del cochecito, aunque a mí no me convencía nada la sujeción de esos bichos al coche pero en fin. Cuando pasamos a Sofía al grupo 1 estuve empollándome a conciencia los informes del RACE sobre seguridad infantil y sus valoraciones de cada una de las sillitas estudiadas y todo lo que pude encontrar sobre el tema y mi conclusión fue que la silla más segura es la Römer Duo Plus, si tenéis isofix en el coche y si no la King TS Plus, también de Römer. También es cierto que son las más caras, con diferencia (al menos la que lleva isofix, la otra me parece que está más o menos al precio de la mayoría) No sé hasta que punto la diferencia de calidad y seguridad justifica la diferencia de precio, eso ya es a valorar por cada uno, pero sí que parece que todos los especialistas están de acuerdo en que son las más seguras. Para el grupo siguiente como aún no he llegado no sabría deciros... ya me lo estudiaré en su momento.
Y con esto creo que acabamos las compras digamos más importantes. Si os parece otro día seguimos con los pequeños mil y un zarrios que acabamos acumulando por casa y os comento los que me parecen más o menos interesantes. Se admiten sugerencias...

La compras de las gordis II...

9 meses por delante
Compras de gordi II
(Del blog "Diario de un embarazo")

Si os parece, continuamos un poquito con la lista. Hoy pensaba atacar a los mil y un zarrios que nos venden como imprescindibles. Como siempre lo que voy a poner aquí es sólo en base a mi experiencia, igual lo que a mí me parece totalmente innecesario a otros padres les ha sacado de mil apuros pero bueno, yo os doy mi opinión y en los comentarios que vayáis dejando ya iremos viendo otras.
- El famoso esterilizador: yo aquí le hice caso al que resultó ser el más sabio consejo que me dieron durante el embarazo. Nos lo dijo nuestra matrona en las clases de preparación al parto: "hacer el favor de no volveros unas histéricas de la esterilización, un bebé no necesita vivir en una burbuja" Verdad verdadera como dice un anuncio en estos días. Haciendo caso de su consejo pasé de comprarme el esterilizador y fenomenal. Lo que necesitan las cosas del bebé son una higiene escrupulosa, buen fregoteado y mejor aclarado (yo lo hacía con agua muy calentita, aunque supongo que da igual porque si tampoco llega a la temperatura suficiente lo mismo da pero en fin) y de vez en cuando un hervido (en una cazuela normal y corriente, lo tenéis un rato en agua hirviendo y queda perfectamente esterilizado) Por si a alguien le quedan dudas sobre si estará poniendo en peligro la salud de su bebé por poner en práctica este consejo os puedo decir que mi hija no ha estado enferma hasta el año y medio de vida, y ha sido un simple catarrazo... ah, otra opción que nos dió la matrona fue meter las cosas en el lavavajillas. Lava a suficiente temperatura como para esterilizar y queda muy limpio. Sólo que no siempre que tienes que lavar lo del bebé tienes un lavavajillas lleno para poner pero bueno, de vez en cuando viene bien.
- La trona: el segundo mejor consejo que me dieron durante el embarazo de Sofía vino de unos amigos que vinieron a comer a casa con su hijo pequeño. Para su comida se trajeron una sillita plegable de esas que se adaptan a prácticamente cualquier modelo de silla de adulto y nos aconsejaron encarecidamente su compra. Ellos nos dijeron que tenían también la típica trona y que la tenían arrinconada porque la única que utilizaban era esta. Desde luego ocupa muchísimo menos porque la pones en una silla tuya y no tienes un mamotreto más danzando por casa y es utilísima. También les hicimos caso y desde luego no nos hemos arrepentido. Hay varios modelos, Es muy cómodo para el niño, ocupa poquísimo espacio en casa y es muy fácil de llevar a cualquier casa o restaurante donde vayas a comer. Os la recomiendo, sin duda.
- El parque: esto depende del crío. A algunos les gusta, a otros no. Nosotros le compramos a Sofía el más grande que encontramos para que pudiera moverse a su gusto, gatear o lo que se le ocurriera y no le ha gustado nunca. Como mucho lo ha tolerado alguna vez pero casi siempre protestando. Eso sí, es útil en ese período en que ya gatean y no puedes quitarles el ojo de encima ni un segundo. Al menos tienes un lugar seguro donde dejarlos, aunque sea berreando, si estás sóla en casa, tienes que hacer cosas y no puedes estar pendiente de un terremotín.- La hamaca: lo mismo. No hay forma de saber si la van a utilizar o te la vas a comer con patatas hasta que no la tienes en casa. En estos dos casos vale más que nunca mi consejo del post anterior: si alguien os la puede dejar, mejor que mejor, igual que el parque. Si luego los usan y les gusta, genial, pero si pasan de ellos al menos no os habéis dejado un dineral.
- La cuna de viaje: ésto depende de vuestras circunstancias. Para nosotros era algo imprescindible porque Sofía, desde muy pequeñita, pasaba mucho tiempo en casa de los abuelos y así teníamos una cuna fija allí y además sabíamos que la íbamos a necesitar en verano para la casa del pueblo pero claro, depende del uso que le vayáis a dar. Si pensáis que sí que os resultará útil, yo os recomiendo sobre todo que tenga elevador. En cuanto son un poco más mayorcitos ya no se puede utilizar pero al principio viene muy bien para no desriñonarte cada vez que tienes que dejar al bebé porque ¡hay que ver lo cerca del suelo que tienen el colchón!. A mí me regalaron una genial, tiene por supuesto elevador, pero también cambiador, música, luz, un arco de juguetes, y hasta un pequeño vibrador bajo el colchón para mecerles. Eso sí, era carísima, yo no la habría comprado, pero mi suegra se encaprichó con ella y se la endosó como regalo para Sofía a su hija así que yo encantada. Por lo demás, las hay de varios precios y al final tampoco se llevan tanto unas de otras... (excepto ésta que os digo que lleva tantas cosas, pero bueno, eso ya es de capricho)
- Los intercomunicadores: si no tenéis una casa muy grande o con varias plantas lo cierto es que son totalmente inútiles. Yo estaba emperrada en comprarlos pero mi marido, que es aún más cabezota que yo dijo que ni hablar y fue que ni hablar. Y la verdad es que es algo que tengo que agradecerle. En mi casa con dejar las puertas entreabiertas oyes perfectamente a la niña. Sólo los he usado (prestados) en un par de ocasiones. Por otra parte, dicen que según modelos y casas hay interferencias y hasta pueden llegar a no funcionar para nada. Lo que le ocurrió a la chica que me los prestó, que en su casa no funcionan y a mí me marcharon perfectamente. Sobre modelos o marcas no sé nada de nada, eso sí, los que van con cámara y todo ya me parecen el colmo de la inutilidad. Y que me perdonen las madres que los hayan comprado tan emocionadas y hasta les parezcan útiles y todo... es sólo una opinión.
- Biberones, chupetes y sus adjuntos: Todas sabemos que lo mejor es la lactancia materna, sobre eso no hay ninguna duda. Pero también sabemos que no siempre se puede hacer y hay que recurrir a los bibes. De todas formas, para ésto no corráis. De momento mi consejo es intentar siempre la lactancia materna (salvo que por causas mayores ya sepáis que no vais a poder dar el pecho, claro, por tema de medicaciones o si os habéis hecho alguna reducción mamaria, por ejemplo). Incluso pedir ayuda a las matronas o, en casos extremos, a grupos de apoyo a la lactancia materna. Podéis encontrar un listado en esta web: http://www.fedalma.org/En caso de que al final no podáis dar el pecho, bajar a la farmacia a comprar un biberón no cuesta nada. No es algo que haya que tener comprado antes por si acaso. Lo mismo vale para el sacaleches, en caso de que decidáis utilizarlo. Incluso aunque tengáis previsto para cuando os reincorporéis al trabajo sacaros leche para que se la diga dando quien cuide al bebé no corráis. Nunca se sabe como va a ir lo de la lactancia así que este tipo de cosas yo las dejaría siempre para el último momento. Lo del chupete igual. Hay críos que no lo quieren ni en pintura pero en cualquier caso, un chupete se compra enseguida en cualquier parte. No hace falta tener un cargamento preparado. Como mucho uno por si acaso, pero no os lieis con eso. Lo mismo para el calientabiberones. Cuando os haga falta, si es que os llega a hacer falta, ya lo compraréis. Acordaros siempre, la leche materna no se puede calentar en microondas pero para las preparadas es mucho más cómodo calentar el agua en el micro y luego añadir los polvitos, aunque quizás para viajes puede resultar útil tener uno igualmente. Pero no lo compréis con antelación. Es probable es que no lleguéis a necesitarlo.
- Ropa: como dije en un comentario en el post anterior, bodies nunca tendréis demasiados, como baberos. Pijamas conviene tener de sobras también, como ropa de cama, hay veces en que les da por vomitar o cosas así y no es plan de ponerse de madrugada a hacer lavadoras porque te has quedado sin ropa para cambiarle. Por lo demás, la cantidad de ropa que les compréis dependerá sobre todo de cada cuánto tiempo queréis lavar. Al principio conviene lavar la ropa del bebé por separado, siempre con jabones para ropa delicada (no hace falta que sean específicos para bebés) y sin usar jamás suavizante. Para llenar una lavadora con ropita de bebé hace falta muuuuuuuuchaaaaaaa ropita así que no sé. Hay dos opciones, o se compra mucha ropa y se lava menos veces pero con la lavadora bien llena o lavas más frecuentemente con la lavadora medio vacía o a mano. Ninguna opción es demasiado buena así que al gusto. De todas formas, al principio sobre todo, os regalarán bastante ropa así que ir comprando sólo los imprescindibles y ya iréis completando luego según veáis qué os falta.
- Cojín de lactancia: no llegué a usarlo. Al principio me pareció carísimo y no quise comprarlo de momento. Cuando empecé a darle el pecho a Sofía me pareció que tenía que ser una buena idea (se te queda la espalda hecha polvo después de un embarazo y un parto y yo nunca la he tenido muy fina que digamos así que en ese momento me habría gastado lo que me pidieran si me aseguraban que me iba a ayudar) Para cuando ya había decidido que en cuanto saliera del hospital me lo compraba sin falta, mi hija ya había llegado a la conclusión que esa forma de alimentarse era de vulgares mamíferos y que a ella que le dieran un biberón, oigh, y como no hubo manera de que volviera a agarrarse al pecho pues la idea del cojín pasó al limbo. Sin embargo si alguien lo ha utilizado agradeceré mucho sus comentarios por si Bebote me sale menos señoritingo que Sofía.
- Mochila portabebés: otro caprichito. Es muy útil si os gustan las excursiones (suaves, que no es lo mismo con un bebé a cuestas) Yo se la regalé a mi marido por su cumple mientras aún estaba embarazada y bueno, sí, usarla la hemos usado... unas 4 o 5 veces, no más. Aún así no me arrepiento de haberla comprado pero la verdad es que salvo que seas muy excursionista, se usa poco... a gustos...
- Para el aseo del bebé: en cuanto a jabones, cremas hidratantes y colonias, la que más os guste. A mí particularmente me encanta Nenuco pero eso es a gustos... los albornoces de baño yo no los recomiendo. Son monísimos, tan chiquitines, yo compré dos, pero incomodísimos. Donde se ponga una capa de baño que se quite lo demás. Peines: los clásicos para bebés. Suelen venir dos. Un cepillo suavecito para usarlo al principio y un peine para cuando ya tienen más pelito y el cepillo ya no hace nada. Para las uñas, tenéis o bien las típicas tijeritas pequeñas o bien cortauñas especiales para bebés. Yo con las tijeras nunca me he manejado bien así que me fui directa al cortauñas y fenomenal, pero eso lo que a cada una le vaya mejor. Sobre cremas para el culete poco os puedo aconsejar, aunque he oído hablar muy bien de la Mustela. Sofía nunca ha tenido problemas de irritaciones. Mi jefe en su momento me recomendó que no me liara con marcas de pañales, que sus hijos habían tenido muchos problemas de irritación hasta que los pasaron a los Dodot. Sofía los ha llevado desde el principio y no ha tenido problemas pero seguramente es más cuestión de piel que de pañales... no podría aseguraros nada... En cuanto a cantidad, para que os hagáis una idea, se suele hablar de que los bebés gastan una media de 8 pañales al día.
Seguro que me he dejado un montón de cosas por comentar pero ya sabéis, si tenéis alguna duda concreta sobre otras cosas, ¡nos vemos en los comentarios!