sábado, 21 de marzo de 2009

Las cosas que tiene ser madre

Las cosas que tiene ser madre
5 Diciembre 2006 por lamamma
Del Blog "MujerLive.com"
http://www.mujerlive.com/index.php/2006/12/05/las-cosas-que-tiene-ser-madre/

“Ser madre te cambia la vida” nos dicen una y otra vez. A veces para indicarnos que no tengamos prisa, que aún somos jóvenes, a veces para hacernos notar las maravillas de la maternidad. ¡Qué frase más tonta y más vacía! ¿que te cambia la vida? pues sí, ¡claro que te la cambia! también empezar la universidad, o conseguir tu primer trabajo, o meterte por fín en esa enorme hipoteca que cambiará para siempre el reparto de tu modesto sueldo.
Por supuesto que no es lo mismo… cada momento cumbre en la vida de una persona es totalmente distinto. Nada que ver la ilusión de empezar una carrera universitaria con la ilusión de comprarte un piso… nada que ver con ser madre, desde luego. Ser madre es algo único. A mí particularmente me desbarató de golpe todo mi mundo. Yo había alcanzado un equilibrio bastante apañadito entre mi vida laboral y personal. Y de repente nació Sofía y todo ese equilibrio tan cuidadosamente adquirido a lo largo de los años se fue a la porra. Su nacimiento me supuso un crecimiento tan bestial a nivel personal que de repente ese trabajo tan cómodo y agradable me parecía de lo más mediocre. Mi vida laboral había dejado de estar a la altura de la personal. De repente necesitaba más. Un trabajo más interesante, más responsabilidades… lo que pasa es que al final prima la seguridad y la calidad de vida y bueno, ahí estamos. Embarazada de nuevo, con ese desequilibrio aún sin arreglar y en espera de una nueva revolución para mayo. ¿Tendré entonces el valor de buscarme otro trabajo? francamente, no creo. Más bien he llegado a la conclusión de que no me vale la pena poner en peligro mi estabilidad laboral en estos tiempos que corren. Más bien voy a tratar de desarrollar otra faceta de mi vida que siempre ha estado ahí, agazapada, y a la que nunca he intentado sacarle partido de verdad. ¡La escritura! Pues sí, me costará porque me falta tiempo, y sobre todo constancia, pero estoy más decidida que nunca a intentarlo. Para mí empieza una nueva etapa de concursos, contactos con editoriales, disgustos porque nadie me haga caso… pero quiero hacerlo, al menos que no se diga que no lo he intentado. Creo que es la mejor forma de devolver ese equilibrio perdido a mi vida.
Pero me he ido muchísimo del tema. Yo que quería hablar de la maternidad… para mí ser madre ha sido fantástico de verdad. Cierto es que he tenido muchísima suerte con mi hija. Duerme como una marmota, come más o menos bien, poco pero de todo… apenas ha estado malita… en fin, un chollo de hija. Y encima tengo a los cuatro abuelos deseando quedarse con ella el rato que haga falta así que estaría muy feo que me quejase.
Y sin embargo, te cambia la vida… ya lo creo que te la cambia. De repente te ves responsable de un pequeño ser, que te necesita absolutamente para todo. Vuelves a casa cansada después del parto y te encuentras con una criatura llorona. Te cuesta un poco hacerte a ella pero al final lo haces. En unos días descubres que todo va mucho mejor. Ya sabes distinguir sus llantos y responder a sus necesidades. Pero eso no quita que no te deje descansar ni un momento. Entre toma y toma parece que vas a tener tiempo de todo pero qué va… y encima a todo el mundo le da por querer ver al bebé, claro, y la verdad, te encuentras un poco sobrepasada. Pero esos primeros días pasan y pronto adquieres una rutina. Sigues sin dormir bien por las noches porque el bebé te reclama, pero ni siquiera te importa. Es tan agradable estar con él que disfrutas cada segundo en que lo tienes acurrucadito a tu lado, aunque sea a costa de horas de sueño. Por supuesto si la situación se prolonga mucho la cosa deja de tener su gracia pero por suerte mi hija enseguida empezó a alargar sus horas de sueño y con tres meses ya dormía de un tirón.
Pero claro, ser madre no te anula como persona ni como pareja, así que también hay que sacar tiempo para hacer cosas con el papá, incluso algún rato para una misma. Es difícil, desde luego, pero ya nos aconsejó nuestra matrona en las clases de preparación al parto que no nos penara dejar al bebé con los abuelos de vez en cuando, aunque nada más sea para tomarse un cafecito con la pareja, o con amigos, o para ver una peli en el cine. Por supuesto no vas a estar todos los fines de semana “colocando” a la criatura, pero de vez en cuando viene bien hacerlo. Además, todo bebé debe ir haciéndose progresivamente a las separaciones de su madre y si se acostumbra a quedarse con otras personas desde pequeñito luego será mucho más fácil la vuelta al trabajo, el dejarlo en una guardería… de verdad, es beneficioso para todos, tambien para los abuelos, que establecen una relación mucho más fuerte con el bebé, y viceversa (consejo: tratar de equilibrar siempre que sea posible el tiempo que pasa con unos abuelos y otros, los suegros son tan abuelos del bebé como los propios padres y el niño lo agradecerá)
Pero lo mejor de tener un hijo es ir dándose cuenta de cómo cada vez lo quieres más. Al principio es casi puro instinto animal. Pero luego va haciendo cositas. Un día te sonríe, otro día suelta su primera carcajada con tus gracietas… y poco a poco va adquiriendo nuevas habilidades. Empieza a gatear, a andar, aprende a comer solito… cada pequeño gran paso para él es fuente de satisfacción para todos y de repente tienes un momento en que lo ves dormidito y sientes que vas a reventar por dentro de tanto que le quieres. Y todo pierde importancia. El hecho de que ya no puedas hacer planes sobre la marcha porque tienes que contar con él, con sus horarios, la cantidad de tiempo que hace que no te vas tranquilamente de compras (para tí, porque para el bebé no paras de comprar cositas) Todo da igual. No hay nada comparable a jugar con tu hijo, a ir descubriendo poco a poco sus avances. La cantidad de cosas que son capaces de aprender en poco tiempo. Es fascinante el desarrollo que lleva el cerebro humano en esos primeros años. Y lo contento que se pone cuando se descubre capaz de hacer una cosa nueva… y al recibir tus aplausos… nada de eso tiene precio. Claro que ser padres te cambia la vida. ¡Afortunadamente! la cambia hasta límites insospechados, ¡pero la cambia a mucho mejor!

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